El cuaderno de actividades «EduMonsagro» para educandos de ESO y Bachillerato, ya es una realidad.
El martes 13 – día con connotaciones muy peculiares para los supersticiosos en nuestro país – de diciembre , la Universidad de Salamanca ha presentado el libro «Monsagro: un mar de conocimiento» una obra dirigida al segmento educativo de ESO y Bachillerato, consta de un cuaderno para el profesor y otro para el estudiante.
La obra surge como resultado de un contrato de investigación entre ADECOCIR-Ayuntamiento de Monsagro y el grupo de investigación GEAPAGE (Geomorfología Ambiental y Patrimonio Geológico) del departamento de Geología de la universidad salmantina.
El acto tuvo lugar en la Sala de Grados de la Facultad de Ciencias, a las 16,30 horas.
La presentación contó con las intervenciones de la vicerrectora de Calidad y Enseñanza de Grado, María José Rodríguez Conde; el vicerrector de Investigación, José Miguel Mateos Roco; el decano de la Facultad de Ciencias, Antonio Miguel Martínez Graña; el diputado de Turismo, Francisco Javier García Hidalgo; el alcalde de Monsagro, Francisco Ángel Mateos Mateos; la asesora del Centro de Formación del Profesorado de la Junta de Vastilla y León en Salamanca, María Isabel Saleta García; y el presidente de la asociación ADECOCIR (Asociación para el Desarrollo de la comarca de Ciudad Rodrigo), Juan Ignacio Alonso Canuto.
La pequeña localidad salmantina de Monsagro, con este nuevo paso en pro de la divulgación de su patrimonio cultural, se convierte en punta de lanza de una novedosa forma de turismo en el Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia, es más, de facto, pasa a ser el referente cultural de más calado didáctico dentro de la inmensa oferta turística que ofrece el Parque, tanto por su faceta educativa, como por la variada y genuina propuesta de ocio que Monsagro pone a disposición de los visitantes.
La presentación de este cuaderno de actividades, dirigido a estudiantes de ESO y Bachillerato, confirma la gran implicación que la USAL tiene desde el principio con el proyecto de los icnofósiles de Monsagro, una implicación que ha dado sus frutos, y que con ésta publicación, pone la guinda a un pastel en el que la cultura forma parte esencial del amplio, variado y exclusivo repertorio turístico que Monsagro ofrece.
Tanto la Universidad – es decir sus educadores y alumnos – como el Ayuntamiento monsagreño, pueden, y deben de ser considerados, como los artífices prioritarios del desembarco de la villa en el panorama científico, no solo provincial o regional, sino internacional, sin olvidarnos, por descontado, de los monsagreños, que con su iniciativa de decorar las fachadas de sus casas con icnitas, se convirtieron, en los pioneros del proceso que hoy culmina con esta presentación, y qué duda cabe, al que se le presume un halagüeño futuro, a medio y largo plazo.
¡Quien les iba a decir! a las personas que iniciaron esta senda – ya fallecidas – que andando el tiempo, su peculiar idea de colocación, de las que denominaron «Piedras bonitas» en la fachada, derivaría en algo tan trascendental, como lo que a día de hoy ha llegado a convertirse, ni más , ni menos, que en materia didáctica para la formación de futuras generaciones, y seña de identidad de la población , amén, de un referente cultural y turístico exclusivo en el conjunto de la Reserva de la Biosfera a la que pertenece el Parque Natural, del que Monsagro – sin género de dudas – representa ya, una parte muy sustancial.