La parroquia de San Julián de Monsagro, no renuncia a pesar de la pandemia, a su tradicional belén artesanal.

Como cada año, Juan Antonio, coloca en el presbiterio de la iglesia de su pueblo, el artesanal nacimiento que tan buena acogida tiene entre la feligresía.

Desde este jueves, víspera de la natividad del Señor, la iglesia parroquial de la localidad de Monsagro luce el artesanal belén que Juan Antonio Mateos – ayudado por parte de su entorno familiar y algún que otro esporádico colaborador – suele ubicar en la parte izquierda del altar mayor.

Como ya sabéis los habituales y residentes, el diseño varía cada año y quizás en este, sea lo más reseñable el realismo con el que se han plasmado las eras, sin, dicho sea de paso, desmerecer en nada el resto del conjunto.

En esta ocasión, si cabe, tiene aún más interés, dadas las peculiares circunstancias que rodean la celebración de tan entrañables fiestas, restricciones de todo tipo debido a la proliferación de la tan odiada pandemia que sufre el mundo entero. a pesar de ello, y gracias a la buena disposición de Juan Antonio, una tradición tan española como lo es la de celebrar la Navidad colocando un nacimiento, no se ha truncado, y en la iglesia de Monsagro luce en todo su esplendor, el pesebre que año tras año viene siendo habitual llegas estas fechas.

Resulta gratificante comprobar, que la COVID-19, que ha obligado y sigue obligando a modificar la forma de vida de la población mundial en general, y que ha conseguido, incluso, anular celebraciones multitudinarias de gran raigambre social, no ha podido, con algo tan simple, pero a la vez tan significativo, como  el colocar un nacimiento artesanal en un pequeño pueblo, algo, que seguramente resultará trivial para los que no son del pueblo, pero que para nosotros reviste gran importancia a nivel simbólico, es, ni más ni menos, que el triunfo de lo aparentemente sencillo, frente a las imposiciones devengadas por algo que nos llega sobrevenido, es, la constatación de que guardando las estrictas medidas de seguridad establecidas, podemos – y debemos – continuar con nuestras actividades cotidianas, siempre eso sí, contemplando escrupulosamente las medidas decretadas por las autoridades sanitarias.

Es por ello obligado, felicitar a Juan Antonio, a sus hijos Adrián y Javier y por añadidura a las colaboradoras Cristina y Verónica, y al resto de las personas que en mayor o menor grado han hecho posible, que en este año 2020 tan atípico, al menos en la iglesia, en lo tocante al belén, no se note modificación alguna.

Felices fiestas y próspero año nuevo para ellos, para todos los vecinos de la villa de Monsagro, y por supuestísimo, para los que conocen y aman a Monsagro, estén o no, presentes en la localidad. 

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