Jubilados salmantinos visitan la capital del mar de su provincia.
En la tarde del catorce de febrero, un nutrido grupo de jubilados procedentes de la capital de la provincia, se desplazó hasta la localidad de Monsagro para visitar su Centro de Interpretación de los Mares Antiguos, y a la vez, darse un paseo por las calles donde poder contemplar las numerosas fachadas decoradas con los rastros fosilizados de Crucianas y Eskolithos, amén de visita obligada a las particulares eras, y cómo no, al museo cinegético ubicado en la Plaza.
Previo a la visita turística, el casi medio centenar de jubilados de banca y policía nacional principalmente, encabezados por el alcalde Puebla de Azaba, recalaron en el Centro de turismo rural Valle Agadón situado a la salida del pueblo en dirección a Peña de Francia, para reponer fuerzas con una deliciosa comida a base viandas típicas del lugar.
No sé si de manera intencionada o, por mera coincidencia, pero el caso es, que eligieron el 14, día de los enamorados, y no se me ocurre mejor forma de celebrar la fiesta del amor, que con una excursión en pareja, a un paraje idílico en el corazón del Parque Natural de las Batuecas-Sierra de Francia y, poder contemplar los vestigios dejados por criaturas que vivieron en nuestra comarca hace más de 450 millones de años, que a pesar de que cueste creerlo, por aquel entonces se encontraba sumergida en el mar, un mar gélido cercano al polo sur, poblado por infinidad de especies de trilobites y gusanos, artífices de las huellas dejadas sobre la dura cuarcita armoricana del segundo periodo del Paleozoico, el Ordovícico, del que Monsagro es, sin lugar a dudas el principal exponente, añadiendo a su oferta paisajística, la cultural, con el Centro de Interpretación y la Ruta Urbana como buques insignia de su potencial turístico en el ámbito del Parque Natural del cual forma parte.
Casi con las sombras acechando, se despidieron de Monsagro, alabando las bondades de la tarde pasada, y reconociéndose gratamente sorprendidos por lo que la pequeña localidad salmantina, les ha ofrecido; casi la totalidad, era la primera vez que visitaba pueblo tan cercano, y a la vez tan ignoto, suele suceder, que lo más inmediato en cuanto a distancia, resulta poco apetecible, casi siempre por desconocimiento y, una vez accedido al lugar, cambia radicalmente el primigenio concepto, pasando a ser, los antes escépticos, los más entusiastas divulgadores de lo visitado, y a través del boca, a boca, sirven como correa de transmisión para hacerlo llegar a futuros visitantes