Un inusitado incendio despide el mes de enero.

Un incendio, más propio del periodo estival, se declara en Monsagro la tarde del 31 de enero.

Sobre las 19 horas del último día del mes de enero, en el paraje de Las Santanillas, en las proximidades del km 12 de la carretera DSA 352, de acceso a la localidad desde la Peña de Francia, se declaró un incendio que en muy poco tiempo adquirió dimensiones importantes debido al fuerte viento que avivó las llamas, haciendo que se propagase en dirección al núcleo urbano.

Con una celeridad impropia de la época invernal en la que nos encontramos, las llamas devoraban todo lo que encontraban a su paso, comformandose un frente que abarcaba toda la parte norte de los aledaños del pueblo, es decir, la comprendida entre la sierra limítrofe con el Guindo y la carretera de la Peña.

En un principio los medios terrestres – únicos con capacidad de actuar dada la inminente llegada de la oscuridad de la noche – que acudieron, resultaron insuficientes para controlar la virulencia de las llamas, por lo que fue preciso solicitar refuerzos, que dada la época invernal no se encontraban operativos, motivo por el cual tardaron en presentarse.

Los primeros medios en acudir: la motobomba del Maillo, otra de los bomberos de Ciudad Rodrigo y dos cuadrillas de la Junta a cargo de un celador de Medio Ambiente de la Reserva Regional de Caza en labores de jefe de extinción en tanto en cuanto llegaba el técnico de guardia.

Ante el empuje de las llamas, fue preciso concentrar los incipientes medios en el paraje denominado como Santa Catalina, con el fin de evitar que el fuego llegase hasta la nave  allí ubicada, más tarde, fue igualmente necesario, concentrarlos en la Fuente, pues el fuego amenazaba con llegar a las inmediaciones del Centro de Turismo Rural y las casas adyacentes. afortunadamente, no fue precisa la evacuación de ninguno de los residentes , aunque se estuvo bien cerca de ello.

Poco a poco fueron acudiendo más medios, entre ellos la Guardia Civil, motobombas de Junta de Castilla y León, bomberos, varias cuadrillas más y el grupo GVESA 6, grupo de voluntarios de Protección Civil formado con vecinos de Monsagro y Serradilla del Arroyo.

Hasta altas horas de la madrugada no se dio por controlado – que no extinguido –  el incendio, quedando algunos medios de retén durante el resto de la noche para evitar la posible reavivación de las llamas, algo bastante probable, pues el viento seguía siendo fuerte y cambiante. 

Llegada la luz del día, los medios se centraron en asegurar el perímetro, antes de darlo por extinguido.

Resulta, cuando menos triste, que seamos noticia por hechos tan lamentables. Aunque se ignora el motivo, bien pudiese deducirse que ha sido intencionado, o cuando menos por negligencia, de cualquier modo, si añadimos a la nueva superficie quemada a la ya cubierta de negro por el incendio de mediados de noviembre, tendremos una gran parte de la zona norte de la localidad vestida de luto, y demos gracias a que no ha habido que lamentar desgracias personales, con todo, triste arranque del mes de febrero.

La galopante despoblación del medio rural, trae como consecuencia, entre otras, el que este tipo de incendios adquiera dimensiones notables; prácticamente toda la superficie calcinada corresponde a tierras de labor, que no hace tantos años, estaban limpias  y que en la actualidad  lucen asilvestradas, tomadas por las zarzas y la maleza, lo que sin duda, propicia que el fuego encuentre un aliado ideal para propagarse con celeridad.

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