Recordando la tradicional «Calbochá» en Monsagro.

Calboches para todos en la plaza, en recuerdo de la actividad que los escolares llevaban a cabo llegada la fiesta en la que se honra a los difuntos.

Con la llegada del denominado puente de Todos los Santos, el Ayuntamiento monsagreño ha programado una  actividad, que hace  bastantes años que la juventud ya no celebra como solía, principalmente por la escasez de jóvenes en edad escolar, «La calbochá»

La tarde del domingo 30 de octubre, la plaza de la villa se convirtió en un escenario en el que se asaron castañas al más puro estilo tradicional, es decir,  a las brasas de la lumbre, para ello,  el consistorio se hizo cargo de proporcionar a los asistentes el material preciso, castañas, leña y calbochero.

A pesar de lo avanzado del otoño, y de que ayer mismo la lluvia fue protagonista gran parte del día, en este caso, hasta la climatología decidió ponerse de parte del evento, lo cual, que duda cabe, fue uno de los efectos determinantes de la gran aceptación, contribuyendo a que la gente, animada por el buen tiempo reinante, se reuniese, y participase conjuntamente en un ambiente de franca cordialidad y camaradería, lo que deja muy a las claras, que con muy poca cosa –  tan solo es preciso proporcionar la escusa –  se puede uno integrar y compartir de forma armónica una tarde placentera, paliando en gran parte, el aislamiento emocional al que nos abocan los nuevos tiempos, esos , en los que el teléfono móvil, resulta ser como un apéndice del cuerpo que marca la agenda del individuo, casi sin necesidad de relacionarse con el resto de forma presencial.

Llegados a esta reflexión, no me resisto a recordar someramente, lo que significaba la fiesta de la «Calbochá» para las generaciones precedentes. Como era preceptivo, no se acudía a clase, por consiguiente, la chavalería contaba con todo el día por suyo, si exceptuamos la misa y las pequeñas obligaciones domesticas propias de la época. Después de comer, en grupos o, pandas – como se decía entonces – que tenían mucho que ver con la edad, se desperdigaba por los castañales con el fin de recolectar las castañas que posteriormente se asaban arrojándolas sobre las brasas de la lumbre, no sin antes haber tenido la precaución de darles un pequeño mordisco para evitar que explotasen; quien más, quien menos, llevaba para la ocasión su botellita de refresco de naranja, o limón, ya que por entonces la Coca cola, no era tan comercial. Algo que también formaba parte del avituallamiento colectivo, era el «Corato» – trozo de piel de cerdo de la parte próxima a las patas del animal – para degustarlo igualmente, asado sobre las propias brasas. Así se amenizaba la tarde, que transcurría plácidamente entre la recogida de las castañas – daba igual el huerto en que se cogiesen, todo el mundo aceptaba ese día, que los jóvenes recolectasen donde les pareciese oportuno – la preparación del fuego y la posterior degustación de las viandas ya citadas; llegado el crepúsculo, era el momento de regresar al pueblo, tras la pequeña experiencia de libertad y autonomía disfrutada.

Como puede apreciarse, la forma de relacionarse de entonces, dista mucho de la actual en la que las tecnologías y modas importadas, tales como Halloween, han arrinconado las ancestrales formas de celebrar el homenaje a nuestros seres queridos difuntos,, y la calabaza comprada en los grandes almacenes, sustituye sin complejos, a la que cada padre recogía del huerto, para artesanalmente vaciarla y acondicionarla practicándole agujeros a modo de boca, ojos y nariz para que luciese la noche de todos los Santos; lo dicho, hemos cambiado, y mucho, la forma de relacionarnos, por eso resultan de vital importancia actividades – aparentemente tan triviales – como la celebrada en la plaza de Monsagro la tarde-noche del último domingo de octubre, espero que al menos sirva para dejar constancia en las nuevas generaciones, de como se afrontaba esta festividad hace no tantos años, a pesar de que a algunos, puedan parecerles siglos.

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad