Monsagro, epicentro del folclore salmantino durante una jornada.
El sábado del segundo fin de semana de noviembre del año de la pandemia de 2021, pasará a los anales de la memoria colectiva de los monsagreños, como el fin de semana en el que nuestro pueblo se convirtió por un día, en la capital del folclore de la provincia de Salamanca.
Gracias a una iniciativa orquestada por el tamborilero José Julio González, afincado en la localidad y, con la inestimable colaboración del consistorio local, pudo llevarse a cabo una de las actividades de esparcimiento más relevantes a nivel provincial, desde que la terrible pandemia pasó a ser parte de nuestra vida cotidiana.
A las once de la mañana dio comienzo la quedada musical – por utilizar un lenguaje juvenil tan al uso en el siglo XXI – los participantes fueron agasajados a su llegada, en el patio de las antiguas escuelas, con un caldo, jamón y perrunillas, para seguidamente todos – visitantes y vecinos – en tumultuosa procesión, efectuar un pasacalle de salutación al municipio.
Todo un acontecimiento nunca visto con anterioridad en Monsagro, una centena de folcloristas entre tamborileros, bailaoras y bailaores, hollando las empedradas calles del pueblo al son de gaitas, tamboriles y castañuelas, preludio inequívoco de lo que la tarde depararía a los asistentes, y por ende, a los residentes.
Tras el obligado paréntesis para la comida. A las cuatro de la tarde reanudación de la actividad con bailes sin interrupción en la plaza de la localidad. Uno tras otro, tanto los tamborileros, como los bailaores, bailaoras y demás folcloristas, se turnaron para deleitar con su arte a la numerosa concurrencia, no solo local, sino también aledaña, que se dio cita en Monsagro ante tan inusual evento; no fueron pocos, los vecinos que se sumaron a la danza colectiva de charradas, campeños, jotas, fandangos y demás piezas del rico y florido repertorio folclórico salmantino, dando con ello tiempo, para que una merienda comunal – ofrecida por el Ayuntamiento – pusiese el broche de oro a la primera quedada folclórica, que esperamos – dado el éxito cosechado – se convierta en habitual cada año, situando a Monsagro en el top-ten de los pueblos de la provincia en lo referente a ofertas culturales de ocio-turismo.
Queda fuera de toda duda, que si Monsagro consolida este tipo de actividades, añadirá, un más que sustancioso plus, a la ya de por sí, relevante oferta, que a través de sus fósiles, paisaje y Centro de Interpretación, aporta al Parque Natural en el que se ubica.
Dado que el pasado día de todos los santos, las condiciones meteorológicas malograron la celebración de la tradicional «Calbochá» el Ayuntamiento con acertado criterio, decidió añadirla como apropiado epílogo a tan fructífera jornada, lo cual propició – debido a la bonanza climática – que mucha de la gente concitada, se quedase hasta bien tarde, rematando una velada memorable en derredor de la lumbre – tal y como lo definiría un lugareño del siglo pasado – poniendo de manifiesto, el buen rollo y, mejor sabor de boca – nunca mejor dicho – que el citado acontecimiento ha dejado; señal evidente, de que debe repetirse y consolidarse en años venideros. Lanzado queda el reto, que recoja el guante a quien corresponda.
Poco más que añadir, excepto, dar las gracias,, en primer lugar a los folcloristas participantes, por descontado, a todos y cada uno de los colaboradores – por su imprescindible labor entre bambalinas – y cómo no, a los organizadores y corporación local, sin cuyo conjunto y desinteresado esfuerzo, hubiera resultado empresa imposible la realización de tan novedoso como jovial evento. Gracias y, a seguir disfrutando de algo tan nuestro como el folclore, que no deja de ser, al fin y al cabo, un indeleble legado ancestral, transmitido de generación en generación.
Como única nota negativa a la jornada, – tan extemporánea como ajena a la celebración, no todo puede ser perfecto – dejar constancia del incendio iniciado en la tarde-noche en el paraje de La Seca, incendio, que opacó en parte el tramo final de la celebración, y que terminada la velada, bien pasadas las once de la noche, seguía activo, motivo por el cual, los asistentes provenientes de la zona de la Sierra de Francia, se vieron en la obligación de retirarse por la carretera del Maillo, debido a que el acceso por la Peña de Francia quedó cortado al tráfico por mor de las labores de extinción del fuego declarado.