Fiestas patronales en Monsagro en el año de la pandemia.

La COVID -19 marca el tempo de las fiestas estivales de la villa.

El domingo 13 de septiembre han concluido las fiestas patronales en honor al Santo Cristo del Amparo en la villa de Monsagro.

debido a la pandemia, el consistorio se vio obligado a suspender de forma oficial la festividad, el día 23 de junio, a pesar de ello, en lo tocante al elemento religioso – cumpliendo estrictamente con todas las limitaciones impuestas por las autoridades – se ha celebrado la misa solemne del sábado. que como novedad y, gracias a las nuevas tecnologías, ha sido retransmitida en directo a través de facebook para las personas no residentes en la localidad.

Esta es, la única actividad que quedará en el recuerdo de las fiestas del año 2020. 

La imagen del Cristo – a pesar de los pesares – ha presidido la celebración, profusamente engalanado, aunque para ello haya tenido que ser trasladado – de manera ignominiosa debido a la situación sanitaria – desde la ermita en una furgoneta (medio utilizado para su regreso a la misma, el domingo) prescindiendo de la tradicional subida, y bajada en procesión, con el suntuario acompañamiento de gente, pendones y tamboril.

Así mismo, se han suspendido igualmente la procesión por las calles de la localidad, el consabido ofertorio y loss bailes tradicionales en honor  de la imagen.

Las fiestas estivales del año 2020, quedarán en los anales de la memoria, como las más atípicas de todos los tiempos, nadie, ni los ancianos  que rayan la centena,, han conocido, ni han tenido noticia, de que catástrofe alguna impidiera subir y bajar la imagen del Cristo, con el boato y acompañamiento habitual, pero las circunstancias mandan, y como no podía ser de otra manera, se han respetado en todo momento las medidas legales imperantes a día de hoy, aforo permitido en la iglesia, distancia de seguridad y mascarillas.

Lo dicho, las fiestas del Cristo de este aciago año se recordarán durante muchos años por dos cosas principalmente, la ausencia del elemento lúdico, y la parquedad en lo tocante a lo religioso.

Otro elemento que será recordado, lo constituyen las mascarillas. el 2020 quedará para siempre hermanado con el recuerdo impreso, de la variedad y cromatismo, de un elemento de uso cotidiano a estas alturas del año, un atuendo imprescindible impuesto por las circunstancias, las necesarias mascarillas que, cada vez son más personalizadas y sofisticadas.

Se acabaron las fiestas, unas fiestas, que bien podríamos denominar, no fiestas, dado que poco o, casi nada se ha podido celebrar. Cerramos este capítulo, con la esperanza cifrada en que el año venidero, nos traiga aparejada la oportunidad de un deseado desquite.

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