El pasado día 1 de Noviembre Agustín y Fermín apostaron por revivir una antigua tradición en Monsagro y subieron al campanario de la iglesia a media tarde para hacer sonar las campanas con el toque de Difuntos. Durante horas, a pesar de la adversa climatología, se alternaron para realizar con precisión el toque que recordaban de las tardes del día de Difuntos de su niñez, rítmico, repetitivo. Con paciencia fueron atravesando las horas. Muchos fueron los sorprendidos, y muchas las opiniones. Sabemos que también en algunos otros pueblos de la Sierra se ha recuperado esta tradición. Las campanas eran el medio de comunicar a la población algún hecho importante que acontecía en el pueblo. Importante es para la comunidad recordar a todos aquellos que un día formaron parte de ella y que con su paso ayudaron a conformar lo que hoy somos, Un precioso pueblo de la Sierra de Francia que ninguno olvida. Gracias Agustín y Fermín por despertar recuerdos y animar siempre la vida del pueblo.