Son dos jóvenes estudiantes de geología que nos han acompañado desde el 29 de julio hasta el 18 de agosto.
Miguel (a la izquierda), 23 años, de Burgos y Carlos, 21 años, de Zamora.
Se conocieron en Salamanca, estudiando en la USAL. Ahora son amigos y decidieron venir a Monsagro a realizar unas prácticas voluntarias de empresa, ofrecidas por la Facultad de Geología en colaboración con el Ayuntamiento de Monsagro.
A la pregunta de cual fue su primera impresión de Monsagro nos cuentan que les habían hablado de un pueblo muy pequeño, y se quedaron sorprendidos de la cantidad de gente que hay durante el periodo estival. También que desde el primer momento se han sentido integrados y aceptados por todo el pueblo.
Cuando les preguntamos por como se han encontrado nos hablan de genial e insuperable.
Para el futuro próximo quieren seguir estudiando geofísica, en Granada, aunque Carlos todavía lo tiene que decidir.
Cuando hablamos de las expectativas de trabajo la cosa se pone algo más sombría. En España lo ven prácticamente imposible y se ven emigrando, quizás a América central o del sur donde las oportunidades son mucho mayores.
Su trabajo con nosotros ha sido realizar visitas guiadas, tanto de la Ruta de las Huellas Fósiles como del Centro de Interpretación del Fósil y los Mares Antiguos. Les ha encantado aplicar sus conocimientos de una manera tan didáctica y hasta sus padres se quedaron sorprendidos de lo que saben estos chicos de nuestras ‘piedras bonitas’.
Por último les hemos preguntado si volverán por aquí y ambos han respondido que sin dudarlo. Dejan ya un grupo de amigos y probablemente en nuestras próximas fiestas patronales de septiembre los tengamos de nuevo en Monsagro.
Miguel nos dice que su estancia le recuerda a la película ‘Bienvenidos al norte’: llegaron con cierto desconocimiento y algo de reserva sobre donde venían y se van encantados del pueblo, su gente y el trabajo que han desempeñado. Incluso han ampliado su vocabulario.
Gracias Miguel y Carlos, por vuestro trabajo y simpatía.